Experiencias
To'ak: El chocolate más caro del mundo
¿Has escuchado del Café Kopi Luwak de Indonesia, del Caviar Alma de esturiones albinos de Irán o del chocolate To’ak de Ecuador?
La mayoría de gente no llegará a probarlos, al fin y al cabo, son tesoros. Objetos de deseo que no tienen porqué ser comunes, de hecho, por los diferentes procesos ni siquiera pueden serlo. Cincuenta gramos de chocolate To’ak pueden costar 220 dólares, puedes encontrarlo si pasas por Harrods en Londres, o te encuentras en un lugar de exquisiteces en Pekín o Estados Unidos.
El equipo de Revista Inhaus tuvo la suerte de saborearlo y de conocer el proyecto de mano de sus creadores. Una experiencia envuelta en los tintes de una memoria que nos atraviesa desde milenios y que compartimos en nuestra edición 21.
¿Cuál puede ser la explicación sino una especie de destino o energía? Para entender cómo se juntaron el austríaco genio del diseño, Carl Schweizer; la ecuatoriana experta en desarrollo de comunidades, Dennise Valencia; y el conservacionista estadounidense, Jerry Toth, quien dejó su vida de Chicago en busca de un paraíso y encontró una comunidad y reserva ecológica que fundó bajo el nombre de Jama Coaque, en el Ecuador.
La marca To’ak se creó en el 2013, en la misma tierra que hace 5300 años acunó a la cultura prehispánica Mayo Chinchipe, una sociedad compleja en la selva que pudo ser la cultura madre para las posteriores civilizaciones de los Andes y que está vinculada a los orígenes del cacao.
Pérdida y reencuentro
El famoso cacao ecuatoriano, aquel cuyos orígenes datan de una América aún no descubierta y que tanta gloria había tenido en el comercio internacional, se había extinguido, pero los tres emprendedores de To’ak decidieron investigar y probar científicamente aquello que parecía una leyenda. Se apoyaron en la gente local, como el cacaotero Servio Pachard, y descubrieron que aún existía aquella variedad.
Investigación
Así, 47 muestras de estas plantas de cacao fueron enviadas a Estados Unidos para someterse a un análisis de ADN. Los resultados arrojaron que nueve de esas plantas estudiadas eran endémicas. Ahí empezó un reto que sobrepasa la imaginación y la responsabilidad de conservación ecológica e histórica.
Este cacao tiene una característica emblemática floral y es aún muy escaso en nuestro territorio. Si To’ak se decidió por el mercado internacional y de lujo, es porque su producto así lo merecía, su sabor lleva una mezcla de causalidades, raíces, misterios y milagros, que no se puede permitir que vuelvan a perderse.
El CEO de To’ak, James Le Compte, nos contó los seis datos que debes conocer sobre esta marca:
- To’ak trabaja con una certificación de comercio justo, pero van mucho más allá: la comunidad es el corazón del proyecto. Pagan a sus agricultores hasta ocho veces el precio a nivel de finca local.
- Cuentan con el primer proyecto de banco genético nacional de cacao puro. Se encuentra en la Reserva Ecológica Jama-Coaque en Manabí, en conjunto con la ONG Third Millennium Alliance.
- Tienen un proyecto de añejamiento innovador, los chocolates se guardan en barriles de whisky, coñac de tequila de bourbon, jerez, etc., y a lo largo de los años se llegan a conocer sabores inéditos.
- Trabajan con pocas cantidades: en un año lanzan de seis a doce ediciones únicas, muchas de estas cuentan solo con tan solo de 100 a 250 barras.
- Su diseño es de lujo. Viene envuelto en papel italiano, una caja de madera de laurel que contiene catálogos sobre el chocolate adquirido y su cata, y unas pinzas de madera. El alimento de los dioses, procesado de manera artesanal, viene en forma de tableta cubierto por un papel metalizado.
- En cuanto a ingredientes, no utilizan mantecas ni lecitinas artificiales, solamente la pepa de cacao orgánico y un poquito de azúcar de caña orgánica.