Gastronomía
Pampa: gastronomía con raíces latinoamericanas
Pampa es una experiencia gastronómica en la que se introduce la riqueza de la cocina latinoamericana al público estadounidense. Para sus chefs, Pamela Espinoza de Ecuador y Carla Ferreyra de Perú, el enfoque se encuentra en utilizar ingredientes auténticos de América Latina, con el fin de elevar los sabores de su infancia a la alta cocina.
Pampa es una experiencia gastronómica en la que se introduce la riqueza de la cocina latinoamericana al público estadounidense. Para sus chefs, Pamela Espinoza de Ecuador y Carla Ferreyra de Perú, el enfoque se encuentra en utilizar ingredientes auténticos de América Latina, con el fin de elevar los sabores de su infancia a la alta cocina.
Pamela, que originalmente estudiaba Derecho en Ecuador, descubrió su pasión por la gastronomía al interactuar con varias comunidades y darse cuenta de la diversidad culinaria en su país, a menudo pasada por alto. Esta experiencia la llevó a Estados Unidos, donde trabajó en varios restaurantes de Nueva York, colaborando con chefs que admiraba. Aunque alcanzó sus sueños en la alta cocina, siempre sintió una pequeña insatisfacción por no poder expresar por completo su herencia culinaria.
Carla, natural de Perú y con experiencia en la alta cocina, se unió a la aventura de Pampa, aportando su toque personal a la cocina. Juntas, buscan compartir su cultura y su historia a través de la comida, mostrando su auténtica identidad.
La nostalgia como base de sus creaciones
Este proyecto no tiene como objetivo solamente llegar al mercado, sino vender una experiencia culinaria con la que el comensal se sienta a gusto y se arriesgue a explorar sabores de otros mundos.
Pame: Yo juego muchísimo con platos que comí al crecer y aplico las técnicas que he aprendido acá. Por ejemplo, hacemos un seco de chivo, pero con técnicas francesas. Además, la presentación juega un papel súper importante. Nos encanta hacer ceviches y existe este dilema de si es ecuatoriano, peruano o mexicano; entonces hacemos una pequeña trilogía para que puedan comparar los tres. No es una competencia, es apreciar lo maravilloso y diverso que es el mundo gastronómico para que existan tres platos similares en países diferentes.
Carla: Yo me enfoco en el lado dulce, pero uso 100% ingredientes latinoamericanos, peruanos - ecuatorianos, pero mi influencia se va un poco más hacia lo asiático, trato de jugar con estos dos mundos. Tengo un tangyuan que es un postre tradicional de Hong Kong, pero para realizarlo uso completamente cereales andinos, kiwicha para el relleno, arroz costeño y maca para darle sabor. También juego mucho con los granos andinos.
En Pampa cada plato es una interpretación moderna y creativa de los sabores auténticos de América Latina, utilizando ingredientes cuidadosamente seleccionados de la región. Desde la selva amazónica hasta las montañas de los Andes, cada bocado tiene la capacidad de transportarnos a lugares lejanos y por descubrir.
Desafíos del éxito temprano
Desde su lanzamiento hace pocos meses, Pampa ha estado sold out en todas sus fechas y por el momento tienen una lista de espera de un mes. Atribuyen el éxito de su emprendimiento al boca a boca.
Pamela y Carla se manejan en dos modalidades, por el momento están más enfocadas en realizar cenas privadas para sus clientes y con el tiempo desean adentrarse más al mundo de los pop-ups. Bajo esta modalidad los desafíos son varios, empezando por todo lo que conlleva realizar un servicio personalizado y el adaptarse a los requerimientos de cada uno de sus clientes sin perder su propia esencia.
Uno de los principales objetivos de Pamela y Carla es darse a conocer tanto como personas como chefs. Señalan un fuerte énfasis en compartir sus tradiciones, no solo con audiencias extranjeras, sino también con la comunidad latina. Para lograrlo, Pampa tiene planes de viajar a Ecuador y Perú, donde colaborarán con restaurantes locales, con el propósito de que sus compatriotas puedan apreciar la excelencia de su cultura y reconocerse en ella.
A largo plazo, su sueño es establecer un restaurante físico en Nueva York, como un valioso tributo a la diversidad culinaria latinoamericana y para demostrar que la cultura latina merece un lugar destacado en las grandes ciudades y en todo el mundo.