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Al otro lado de la niebla: entretejiendo el “yo”

Fragmento "Al otro lado de la niebla" © Cortesía.

Sebastián Cordero estrena en Ecuador “Al otro lado de la niebla”, su primer largometraje documental. En este transcurre una conversación del cineasta con el reconocido montañista Iván Vallejo, mientras ascienden al primer refugio del Everest. El diálogo se complementa con imágenes contemplativas: el movimiento de una tela o el paso de los animales abren el espacio de la lentitud.

Ese espacio-estado da apertura a varios sucesos: poder mirar a través de quien filma; poder reconocer al otro, en este caso a Iván, desde varias luces; y una narración del yo que se aleja de la simple enumeración de hechos y opiniones. Esta obra tiene un gran valor filosófico a partir de varias decisiones que se relacionan con la larga trayectoria del cineasta. Para empezar está el regreso, de alguna manera, a un proceso muy natural e incluso artesanal en cuanto a la filmación. Así como también el iniciar el rodaje con una intención basada en preguntas y no a partir de deseos u objetivos.

Afiche "Al otro lado de la niebla" Realizado por la diseñadora ecuatoriana Diana Vázquez.

En 1999, Iván Vallejo se convirtió en el primer ecuatoriano en coronar el Everest sin oxígeno complementario, ese mismo año, Sebastián Cordero estrenó su ópera prima “Ratas, ratones y rateros”. Estos dos hitos son fundamentales para un claro registro biográfico, pero la existencia como historia requiere de la experiencia interior para poder proyectarse en el tiempo. Una mirada personal e interna se traduce en transparencia e implica varios asuntos:

Un escéptico, Sebastián, se encuentra con Iván, una persona abocada a la motivación y superación personal. Esto ocurre en una época en la que la felicidad, como negación del dolor, es utilizada para reforzar la ideología de la hiperproducción y el rendimiento. La obra se materializa también en el todavía vigente miedo del arte a convertirse en autoayuda por demasiada transparencia. La crítica no tiene reparos en catalogar como cursi a lo simplemente humano, así las obras de arte tienden a devenir en discursos narcisistas de extrema similitud.

José Cardoso y Sebastián Cordero en Multicines Cuenca © Inhaus Estudio.

“Al otro lado de la niebla” es un encuentro honesto con el otro, la posibilidad de abrir la herida como un elemento más del paisaje y una mirada de un viaje sin heroísmo. Sus imágenes detenidas, sus confesiones y sonidos delimitan un principio muy complejo: la ambigüedad. El ser-estar sin un objetivo claro, sin certezas sobre las expectativas y sin intentar controlar los tiempos naturales.

Además, la montaña es un escenario de lo íntimo, en donde no se pueden usar máscaras. La felicidad de la autoayuda es imposible en un sitio en el que la muerte se evidencia, tanto en la memoria como en el ambiente. Nombrar la muerte es un gesto que designa la belleza de la otredad, como decir: soy desde mis ausencias y desde la posibilidad de no estar, sin embargo, aquí estoy.

Sebastián Cordero e Iván Vallejo © Cortesía.

José Cardoso colaboró activamente con la productora Jiráfica en la edición y producción de la obra. Destaca que este proceso se fundamentó en diálogos significativos y relaciones de amistad, subrayando que la edición de un documental proporciona una oportunidad enriquecedora para descubrir las capas subyacentes de una historia.

Sebastián grabó varios momentos de su viaje a Nepal. Estos clips fueron posteriormente combinados por el músico Boris Vian, con elementos electrónicos y el género Sanjuanito. El sonido se encontró a cargo de Estebanoise Brauer.

“Al otro lado de la niebla”, está disponible para disfrutar en diversos cines, como Supercines, Cinemark, Multicines, Cinext y 8ymedio. Además, puedes explorar la música que acompaña la película a través del siguiente enlace en Spotify: