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Desde niño, Ramón Esteve Cambra jugaba con espacios y visualizaba sus ideas en forma de casas y edificios.

La certeza de que su profesión sería la Arquitectura se dio cuando vio un libro con la imagen de “La Casa de la Cascada” de Frank Lloyd Wright. A pesar de que nadie en su familia practicaba este oficio, su vocación nació desde la intuición.

Ramón es el fundador y director de su propio estudio desde 1991, además es Doctor en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Valencia y Arquitecto por la Escuela Superior de Madrid. Su formación, sumada a su visión y perseverancia, lo han llevado a dirigir y desarrollar su actividad tanto en el campo de la arquitectura e interiorismo, como en el del diseño industrial y la identidad de marca.

Su portafolio incluye una extensa experiencia en obra pública sanitaria, docente y cultural (como el Centre d’Art Bombas Gens), en edificios privados de uso público como oficinas, hoteles, restaurantes (por ejemplo Bouet) o instalaciones de arquitectura efímera y en viviendas unifamiliares exclusivas (como Casa Sardinera, Refugio en la Viñao la Casa de la Cantera). En el área del diseño y la dirección artística ha trabajado con marcas de reconocido prestigio como Vondom, Porcelanosa, Inclass, Vibia o Gandía Blasco.

Su trabajo ha sido reconocido con una multitud de premios nacionales e internacionales como “Diseñador del año” por ELLE Decor España – 2014, premio “Best of Year” de la prestigiosa revista neoyorquina Interior Design para la colección modular Daybed Ulm de Vondom – 2015, “la mejor piscina de Europa” en los Piscina & Wellness Barcelona Awards por Casa Sardinera – 2015 y el premio Land Rover Born 2018 por la rehabilitación del edificio Bombas Gens de Valencia, una antigua fábrica de 1930 que recuperó su pasado art decó.

Dentro de su trayectoria también se encuentra ser profesor en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia y en diversos másteres, conferencias y talleres alrededor del mundo.

Del desconcierto al equipo

Todo comienzo suele ser complicado, tedioso, con largos caminos por recorrer y muchas puertas que tocar. Sin embargo, Ramón fundó su propio estudio de arquitectura tan solo meses después de haberse graduado de la universidad. ¿Cómo logró un arquitecto nuevo formar su propio estudio sin demasiada experiencia, sin grandes proyectos detrás y sin haber colaborado con grandes firmas? Él asegura que fue por un momento de desconcierto y crisis que vivía la arquitectura.

Ramón: Era el final del posmoderno y pienso que las grandes firmas y mentes se estaban formando, un nuevo escenario arquitectónico se estaba gestando y supe percibir la oportunidad. Comencé en una ciudad pequeña, fui haciendo oficio y creando cosas a muy pequeña escala, manejé proyectos incluso de interiorismo y fui creciendo. Participé en un par de concursos, estuve en algunos proyectos oficiales para el Estado y ya cuando me di cuenta tenía una oficina montada, un gran equipo y así inició mi aventura.

Para una mente tan creativa el pasar de trabajar sola a contar con un equipo y delegar funciones fue todo un reto, pero el estudio funcionó armoniosamente gracias a la congregación de un grupo de profesionales conectados por la búsqueda de un objetivo común: dar respuestas creativas a su entorno formando espacios, objetos y marcas singulares, con carácter y que sumen.

Esa complicidad y conocimiento profundo de la filosofía de trabajo de su fundador hace que cada encargo sea un deleite y que cada resultado tenga su particular y extraordinario sello personal. Una de sus mayores cualidades, y a la cual se podría atribuir parte de su éxito, es aquella capacidad de ser fiel a sí mismo y saber cuándo decir que no:

R: Recuerdo una conversación entre varias personas, yo apenas empezaba a trabajar, y me decían: para darte a conocer tienes que hacer lo que sea y ya luego harás lo que tú quieres en verdad, y yo siempre dije ¡no! Yo tengo que hacer lo que de verdad quiero, tengo que ser fiel a lo que pienso y mi espíritu no está en venta. Dentro de lo razonable y dentro de lo posible he actuado así siempre.

En cuanto a su participación e implicación en cada proyecto, asegura que la concepción y las líneas directrices son suyas y que cuida mucho el proceso, los avances y hace el seguimiento de detalles, pero el know how de su equipo de arquitectos, diseñadores y creativos logra siempre elevar todas sus propuestas.

“Una forma de vida”

Así es como Ramón Esteve define a la arquitectura y es que su concepto tiene como eje central la vida y el desarrollo de espacios que sirvan de escenario para que esta se transite en armonía y felicidad, a través de experiencias y emociones. Prioriza el diseño de adentro hacia fuera:

R: La envolvente de un edificio es el acuerdo entre las fuerzas exteriores e interiores, esa membrana que se convierte en un todo. Para que los conceptos de fuera tomen mayor fuerza, los elementos dentro de los entornos deben estar armonizados. Si bien se parte de elementos tangibles como el ladrillo, madera, piedra; es la manera en que confluyen todos esos elementos lo que crea experiencias intensas. Es allí cuando la arquitectura trasciende lo material, cuando se parte desde la vida hacia el lugar.

Su estilo arquitectónico

Describimos a la suya como una arquitectura atemporal. Ramón asegura que la verdadera modernidad, la más radical e interesante, es la que propone un avance, pero que tiene los pies anclados en la historia.

R: Me gusta esa dualidad de la historia y de la tradición, pero con una revisión continua y contemporánea que tiene que ver con mis inquietudes personales y por supuesto con el momento histórico que se vive. Me atrae este concepto de hacer una arquitectura que tenga la capacidad de convocar la máxima cantidad de tiempo.

Es esa arquitectura que evoca momentos históricos siendo contemporánea la que Ramón admira y practica. Sobre su estilo, asegura que el elemento de continuidad es propio y natural, que al reunir su obra existe coherencia, pero que no una voluntad de identificación inmediata o evidente, la suya es más una filosofía arquitectónica que una serie de recursos plásticos que lo encuadren.