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JAG Studio. El valor del archivo en la fotografía de arquitectura.

CASA PITAYA, TALLER GENERAL JOSE MARIA SAEZ © JAG Studio.

A veces se pasa por alto que la fotografía es una forma estática de plasmar la impermanencia. Se podría decir también que las obras arquitectónicas, aun en su apariencia inamovible, son, como todo lo que compone el mundo material, transitorias y caminan hacia su disolución. De forma que el trabajo del fotógrafo es, como dice el filósofo Roland Barthes, reproducir al infinito lo que solo ha tenido lugar una vez.

JAG Studio es una oficina que cuenta con once años de experiencia y se especializa en la documentación de la arquitectura a través de la fotografía. Su trabajo de archivo es de suma relevancia para el Ecuador: han trabajado con la mayoría de estudios y arquitectos del país. De esta manera, han adquirido una visión integral de la contemporaneidad y han desarrollado un registro perdurable que destaca por el perfeccionamiento de la técnica y los procesos.

Sus fundadores, Juan Alberto Andrade y Cuqui Rodríguez, conversaron con Revista Inhaus sobre sus distintas perspectivas.

En ediciones anteriores entrevistamos a Leonardo Finotti, quien mencionaba una diferenciación entre la fotografía de Europa y América Latina, señalando que en nuestros países todo edificio se convierte en una estructura solar. Dado que ustedes fotografían muchos proyectos en Ecuador, ¿cómo describirían la calidad de la luz aquí y de qué manera la aprovechan en su trabajo?

Juan Alberto: La luz es el elemento principal de la arquitectura, también de la vida. En Ecuador se comporta de una forma diferente, lo cual hace que aquí la fotografía de arquitectura sea algo muy particular. Eso nos ha ido perfeccionando en la comprensión de los proyectos, porque si entiendes que tienes 15 minutos en el atardecer para hacer fotos, vas puliendo el proceso. Hay lugares como México, Perú y Bolivia donde el cambio de la luz es mucho más gradual, pero en Ecuador tienes que entender la luz y sus tiempos. La de los Andes, por ejemplo, debe ser una de las más ricas para fotografiar. Es limpia, a diferencia de la Costa, donde los cielos son principalmente blancos y tienen una bruma general no relacionada a la contaminación, sino a cómo el sol atraviesa la ciudad. También es fundamental la madurez en la fotografía: entender cómo funciona la ciudad, cómo funciona la luz y el cielo, y ajustarse a eso para hacer un buen producto fotográfico, no al revés.

BIBLIOTECA UARTES, DELIA KINGMAN © JAG Studio.

Me gustaría saber si podrían definir de alguna manera un estilo propio en su fotografía o un punto de vista, ¿cómo abordan este tema?

Cuqui: No hablaría de estilo sino de parámetros. El primero sería el entendimiento del proyecto. No de lo que queremos, sino lo que este nos demanda. El segundo, muy importante, sería la comprensión de las condicionantes, como la luz. El tercero sería el manejo de la figura arquitectónica, de los volúmenes y las perspectivas adecuadas. Otra cosa es el uso del espacio que intentamos ejemplificar a través de la gente que lo utiliza. Es fundamental para nosotros que las personas que aparezcan tengan un propósito específico. La idea es reflejar algo que leímos hace tiempo: que la fotografía se trasciende a sí misma y cuando tú registras el aura de un proyecto, este tiene su representación máxima en las personas. Y, por último, la postproducción como una respuesta responsable al proceso del diseño y de la construcción de la obra.

CASA MIRADOR, RAMA ESTUDIO © JAG Studio.

Como revista hemos conversado con distintos estudios ecuatorianos en los que existe un resalte del contexto como elemento fundamental al momento de construir y elegir los materiales, ¿de qué forma se aproximan ustedes a este tema al fotografiar?

C: Trabajamos con base en un brief y eso es importante porque el estudio de arquitectura nos presenta las características y el interés del proyecto. Habrá estudios a los que el contexto no les interese porque, en particular, no hay mucho que rescatar de ahí, pero hay otro valor al que se le apostó en ese diseño. No siempre el contexto queda registrado en el producto fotográfico, pero sí va a influir en las decisiones que tomemos cuando nos enfrentemos a la obra.

JA: En la producción trabajamos de lo general a lo particular, es decir, conocemos el proyecto antes para entender las dinámicas del lugar. Hay un proceso de respeto al contexto muy importante y una aproximación sensible con las personas, comprendiendo también la luz y acercándonos hasta llegar a un sentido específico del espacio.

NATURA, DIEZ MULLER © JAG Studio.

¿Por qué decidieron ser una plataforma de la arquitectura ecuatoriana? ¿De dónde nace ese objetivo?

JA: Hay una responsabilidad en los fotógrafos que va más allá de la foto como tal y es qué es lo que construye y transmite. Cuando ya tienes una lectura general, entiendes que el fotógrafo, por consecuencia, es un emisario de algo. En este caso, de arquitectura. No necesariamente todo lo que pase por nosotros es lo que sucede, porque damos un servicio y fotografiamos lo que nos piden por contrato. Sin embargo, sí es un termómetro de lo que ocurre en un sitio. Al final es cómo, a través de tu trabajo, le cuentas a gente arquitecta y no arquitecta lo que pasa ahí. Cada uno sacará sus propias conclusiones y utilizará sus propios filtros, pero la información está dada y consideramos que es nuestro deber mantenerla y mostrarla. De hecho, nuestra oficina tiene un presupuesto alto para el cuidado y el manejo del archivo.

C: Creo que la palabra archivo es más representativa que plataforma. Bajo los parámetros que hemos trabajado, podríamos considerarnos un archivo de fotografía de arquitectura contemporánea en el Ecuador.

CONCRETE FOLLIES, INTEMPERIE STUDIO © JAG Studio.

En su trabajo hay un registro de firmas de arquitectura bastante comerciales, otras que van hacia la línea de lo contextual o sustentable. Al conocer esta variedad: ¿cómo ven ustedes el panorama de la arquitectura contemporánea ecuatoriana?

JA: Si digo que el nivel de la arquitectura en Ecuador es alto, habrá quien diga que siempre lo fue. Lo que creo que cambió es que cada vez más arquitectos ecuatorianos han entendido que la documentación y la difusión de los proyectos hacen que se fortalezcan. Si tú hablas de arquitectura en Latinoamérica, Ecuador es uno de los puntos primordiales en el mapa.

C: Hemos hecho todo tipo de fotografías y lo interesante es que hay una diversidad a todo nivel. Una cosa que nos ha enseñado este trabajo es a apreciar cada obra por su punto más alto. Creo que es importante tener esta noción de cómo nos enfrentamos a obras tan diferentes cada vez que hacemos fotos. Como las variables son infinitas, tal vez el error está en intentar entenderlas a todas bajo el mismo paradigma. Cada una tiene su propia forma de ser y de resolver.

Mi última pregunta es: ¿cómo sería para ustedes un mundo evolucionado?

JA: Para mí el mundo evolucionado de la fotografía de arquitectura como tal, es la aceptación madura de lo que nos presenta el escenario. Comprender las variables, aceptarlas y entender que bien enfocadas pueden ser muy positivas nos lleva también a una fotografía más honesta con la arquitectura.

C: Hay cambios generacionales que implican formas distintas de abordarlo todo. Hay nuevas herramientas tecnológicas que cuando nosotros empezamos ni siquiera existían. Y para mí la evolución del trabajo y de todo se basa en saber adaptarse a las nuevas condiciones. Siempre ha sido así.

RETRATO. Juan Alberto Andrade y Cuqui Rodríguez © JAG Studio.