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La mente es el único medio que determina el alcance de nuestros sueños. Así fue como Carlos Ott lo supo desde un inicio para poder llegar a ser el personaje que es el día de hoy: un visionario de la arquitectura.

Desde niño, Ott observó el trabajo de su papá quien también fue arquitecto y quien lo introdujo a un mundo de planos, detalles, obras, ladrillos y mucho hormigón.

Al reconocer que su pasión y su vida estaban con la arquitectura, plasmó su visión en la mente y trabajó en torno a ella. De esa forma logró educarse en algunas universidades: desde la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República de Uruguay hasta la Universidad de St. Louis. Trabajó constantemente para arquitectos de distintos países y cuando tuvo la oportunidad de ser socio en una reconocida firma en Canadá, de la cual formó parte durante un mes, ganó el concurso para realizar el proyecto de la Ópera de la Bastilla en París.

Al mes de estar en ese estudio, me llamaron como finalista del concurso para el proyecto de la ópera y lo gané…”. Así nos cuenta Ott con entusiasmo, ya que recuerda cómo ese fue el momento que marcó el inicio de la construcción de su propio estudio en París para luego empezar a expandirse a Canadá, Sudamérica, Abu-Dabi, entre otros.

Su visión le ha permitido dejar rastro en varias partes del mundo, hasta su proyecto más actual: la construcción del Waldorf Astoria en Miami, el cual estará ubicado en la Bahía de Biscayne. Se tratará de una torre de 81 pisos (la más alta de Florida) y que incluye un hotel de cinco estrellas, residencias privadas, restaurantes y tiendas de lujo.

Carlos Ott entendió desde pequeño que si tiene un sueño, solo es cuestión de mantenerlo en la mente y empezar a caminar hacia ello para hacerlo realidad sin importar cuántos obstáculos puedan intervenir; definitivamente supo hacer la conexión entre su mente y su pasión para llegar lejos.