Experiencias
Eolia: un hotel pensado desde el viento
Dentro de las espectaculares playas de Santa Marianita, a las afueras de Manta, se esconde un hotel especialmente creado para quienes disfrutan de los deportes acuáticos de viento y la naturaleza. Se trata de Eolia, un edificio que combina el diseño arquitectónico con la conservación del medioambiente y el amor por la costa. Revista Inhaus tuvo la oportunidad de conversar con la arquitecta Verónica Reed. Ella y su esposo, Renato Solines, son los promotores de esta increíble iniciativa. La entrevista se enfocó en conocer los detalles de su arquitectura e interiorismo.
El punto de partida
La familia de Verónica adquirió el terreno de Eolia hace dieciséis años, tiempo antes de que nazca su último hijo. Señala que es un lugar al que continuamente iban, primero a acampar y después construyeron una estructura de caña guadua donde mejoraron las condiciones de la estancia.
Verónica: Hace tres años, ya con nuestros hijos adolescentes, comenzamos a adentrarnos en los deportes de viento. A partir de entonces vemos a la playa desde el punto de vista de la aventura.
El sitio donde se ubica Eolia es un bosque seco tropical. Está asentado en un cauce de agua que cuando hay temporada de lluvia va desde la parte superior de la parroquia hacia el mar. Este último también funciona como corredor de especies desde el océano hacia el bosque y es incluso una zona de anidación de tortugas.
V: Es un área que nosotros hemos aprovechado los últimos quince años, desde que tenemos la propiedad ahí. Entonces tiene un tema sentimental importante, generar algo que si bien va a permitir que otra gente disfrute, no cause deterioros. Y ahí entra el equilibrio: ¿cómo metes un hotel en un entorno que tú has cuidado tanto y que te gusta como está, un poco virgen, sin tocarse y sin desarrollarse mucho?
Cuidar del hogar
Procuraron no derribar ni un solo árbol y mantener intacta la topografía con la intención de conservar el curso natural del agua. Esta fue una de las primeras medidas de conservación que tomaron.
Eolia cuenta con un sistema de generación de energía solar en sitio que cubre un aproximado del 50% de la demanda de electricidad de todo el hotel. Este detalle logra reducir la huella de carbono que emiten las instalaciones. Las áreas comunes están abiertas en su totalidad, para que además de aprovechar las corrientes de viento, se vivan las vacaciones de una manera auténtica.
V: El hotel está diseñado para funcionar pasivamente. Es decir, aplicamos arquitectura bioclimática que no necesita de sistemas de climatización. Hay aire acondicionado, pero este se utiliza solo los tres meses del año que se pone de verdad caliente y ya no se puede resolver utilizando un tema de brisas o buena orientación.
La arquitecta menciona que uno de los principales condicionantes que tuvo el proyecto fue la irregularidad de la topografía. Razón por la que se decidió construir un elemento central y agregar diferentes «alas» que van marcando el rumbo desde las habitaciones y servicios hasta la playa. Así se alcanza una travesía de unos 200 metros de camino.
También la materialidad fue un desafío complicado de resolver. La búsqueda de elementos que no afecten directamente al entorno o lo hagan lo menos posible fue muy extensa y meticulosa.
V: El buscar materiales que no sean de energía incorporada, que no vayan a deteriorar el ambiente, que sean de fácil ejecución para que no generemos mucho residuo y, al mismo tiempo, resistan muy bien el estar expuestos a este clima agreste, fue lo que más nos rompió la cabeza en todo el proceso.
El dios del viento
El nombre del hotel proviene de la mitología clásica, donde Eolo era el dios del viento. Las playas de Santa Marianita cuentan con 18-24 nudos ventosos en «buena temporada», que permanecen un aproximado de nueve meses del año.
V: La corriente de aire es fundamental porque hace que vivas la experiencia de otra forma. Debes pensar en cómo te proteges cuando quieres estar estático, sentado, leyendo un libro o disfrutando de la vista. También puedes tomar la decisión de aprovechar el viento y meterte al agua a hacer deportes acuáticos.
Verónica señala que mientras se practica kitesurf o windsurf no debe existir tránsito de vehículos y la circulación de personas debe ser minúscula. Para que la práctica sea exitosa, el proceso de planificación fue muy extenso.
V: Esos criterios fueron los que normaron cuántas habitaciones tenemos, la cantidad de gente que permitimos que entre y qué servicios son los que incorporamos. También cosas tan simples como la selección de materiales para paredes, cubiertas, sistemas de energía, etc.
Después de más de dos años de arduo trabajo, lograron entregar un espacio para aventureros que disfrutan de los entornos naturales, mientras son conscientes de sus acciones y consecuencias en el medioambiente. Y como todos los proyectos que se construyen con amor y pensando en la familia, nació un hotel en Santa Marianita que brinda una experiencia inolvidable. Bienvenidos a Eolia.