Carlos Maia, Débora Vieira Mendes e Igor Macedo de Araujo conforman Tetro Arquitetura, un estudio en Belo Horizonte, Brasil. Dichos arquitectos manifiestan que la intención de priorizar y reflexionar sobre el lugar, el entorno y la naturaleza a lo largo del proceso creativo informa sobre un modo de pensar y de operar en el oficio de la arquitectura. Desde colaboraciones iniciales durante su formación universitaria, este es el factor que ha definido a su oficina y a sus proyectos a lo largo de estos años.
Al hablar de arquitectura local, el equipo de Al Borde tiene una perspectiva nítida que se manifiesta como un claro hilo conductor en su actividad profesional. David Barragán, Pascual Gangotena, María Luisa Borja y Esteban Benavides empezaron su relación como estudiantes en la universidad y fue a través de varias casualidades, particularidades e intereses que, intuitivamente, se creó su sociedad.
La Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito ha influido en nuestra forma de hacer y pensar la arquitectura por casi cinco décadas, tanto a nivel nacional como regional. Ha ganado, con el tiempo, un espacio en la reflexión y acción sobre la producción arquitectónica, abarcando no solamente lo que se ha desarrollado a lo largo de estos años sino también proyectándose hacia el futuro.
Para Angelo Bucci, la arquitectura es un entendimiento construido, que representa una síntesis entre la práctica profesional y el conocimiento teórico; entre el diseño y la palabra. La mano que escribe y la mano que dibuja hacen que este oficio, al final, hable con las personas.
La ocupación del territorio es un acto ligado de manera irrefutable al oficio de la arquitectura, pues sin lugar no existe proyecto. Emilio López es un arquitecto ecuatoriano que busca desarrollar obras que no solo acepten dicha condición, sino que creen un equilibrio entre ambos.
«En el fondo, todo proyecto de arquitectura, toda construcción, es sobre todo un discurso. (…) No solo un conocimiento técnico-científico, para hacer que un objeto pueda quedarse en pie. Es más bien un punto de vista de este tipo de raciocinio que es lírico, poético, histórico, de la memoria. Consciencia sobre la necesidad de anunciar y crear memoria. Dónde estamos, quiénes somos, para dónde vamos».
Para Felipe Escudero es fundamental el pensamiento libre e independiente, y lo demuestra dentro de su oficio como arquitecto. Afirma que la arquitectura puede y debe ser practicada a partir de diversos enfoques y acercamientos, desde lo teórico hasta lo práctico.