Existir significa orientarse, lo que implica determinar la propia dirección en relación con un punto geográfico. Situarse en Ecuador, por ejemplo, involucra crear un sentido de pertenencia física: vincularse tanto con sus ciudades y, principalmente, con su biodiversidad.
Bauhaus reverberada: modernidades transandinas, Ecuador 2024 es una exposición ubicada en el Epicentro Cultural en la Casa de los Arcos en Cuenca. Este espacio educativo y de diálogo ha sido creado a partir de la colaboración de varias instituciones: el Colegio de Arquitectos de Pichincha CAE-P, el Museo de Archivo de Arquitectura del Ecuador, la facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de los Andes de Colombia, y la Universidad de Cuenca.
La infancia es el territorio de la luz, entendida como la mirada inaugural a partir de la cual el niño mira el paisaje por primera vez. En las montañas, las flores y los ríos se vive un momento de detenimiento en el que la naturaleza atraviesa el cuerpo. En algunos creadores, estos instantes de la niñez son clave para la comprensión de su obra, que se propone traducir el lenguaje natural y adquiere características relacionadas con lo divino.
Una casa es una narrativa, refleja estructuras físicas y de pensamiento que evidencian desde la identidad cultural donde se sitúa, hasta las relaciones de poder de sus circunstancias históricas. Ser arquitecto, como toda profesión en la actualidad, se enlaza a una de las características más predominantes de la época: la pérdida de contexto a favor de la hiperproducción.
Sebastián Cordero estrena en Ecuador “Al otro lado de la niebla”, su primer largometraje documental. En este transcurre una conversación del cineasta con el reconocido montañista Iván Vallejo, mientras ascienden al primer refugio del Everest. El diálogo se complementa con imágenes contemplativas: el movimiento de una tela o el paso de los animales abren el espacio de la lentitud.
Existe un refrán africano que dice: “hace falta toda una aldea para criar a un niño”. Este evidencia distintos aspectos cruciales, empezando por una fuerte noción de lo comunitario, como una de las bases para la formación humana y emocional del individuo. Seguido por las dimensiones físicas que conlleva el concepto de aldea y de qué manera su distribución contribuye, desde lo espacial, a lo educativo.
La ensayista española Remedios Zafra afirma que la diversidad nos enriquece y que somos mejores cuando nos mezclamos. Este tipo de reflexiones se tornan evidentes al visitar ciudades como New York, en donde lo diverso se extiende a parámetros desde lo cultural hasta lo experiencial y emocional. ¿Cómo se logra repensar una ciudad tan retratada e implantada en el imaginario? ¿De qué forma nos maravillamos con un espacio que ha sido relatado por escritores, ha aparecido como referencia en muchas canciones o ha sido el escenario de varias películas? ¿Podemos sus visitantes todavía sentir una sensación de libertad intensa mientras nos dejamos llevar por el vértigo? En este lugar, la respuesta es que todo es posible.
En 1844 el naturalista Charles Darwin le escribió una carta al botánico Joseph Hooker en la cual describe que por fin llegaron a él destellos de luz. Con esto se refería a estar casi convencido de que las especies no son inmutables, añadía que esa predicción le resultaba similar a la confesión de un asesinato.