Adamo-Faiden se fundó en 2005, este estudio bonaerense reconoce la posibilidad de encontrar un campo de acción único y propio, que oscila entre el servicio social que se presupone inherente a la arquitectura y la búsqueda de una agenda vinculada con intereses íntimos.

¿Existen temáticas o intereses comunes en el conjunto de sus obras? ¿reconocen algún detonante en su proceso de diseño?

Si miramos el conjunto de obras, es muy fácil encontrar una serie de recorridos posibles a través de los proyectos. Los que más nos interesan, tienen que ver con las posibles familias que encontramos entre las diferentes técnicas de proyecto. Nos interesa ver como estas técnicas migran de un proyecto a otro, resistiendo a los cambios de escala, o de contexto, o incluso a los diferentes usos que asignan los usuarios a sus edificios.

Sus proyectos de vivienda se caracterizan por tener espacios en apariencia flexibles ¿Consideran que esta condición espacial es fundamental para acoger la vida contemporánea?

Consideramos que la vida contemporánea está desafiando constantemente la idea tradicional de lo que es “nuestra casa”. Cada vez con mayor frecuencia nos encontramos con situaciones que ponen en crisis las tipologías domésticas establecidas y las desafían desde diferentes ámbitos. La posibilidad de trabajar o producir en nuestras casas llego a todos nosotros y está transformando no solo nuestra forma de habitar el espacio doméstico, sino también la manera en que trabajamos y como incorporamos el ocio a nuestra vida cotidiana. Esta ambigüedad nos parece de increíble valor para poner en crisis la idea de que los edificios tienen un único uso determinado que debe prevalecer para toda la vida útil del mismo. Nos proponemos que nuestros proyectos puedan abrazar esta inestabilidad programática y nutrirse de la diversidad que puedan aportar sus futuros ocupantes. En tal sentido, nuestros proyectos pueden verse en algún punto como “un tanto inacabados”, pero no es que nos interese eso como una finalidad material o estética, sino que nos interesa el momento posterior a que la obra está finalizada y empieza a ser ocupada por sus habitantes. (…)

Otra rama importante de su trabajo han sido los proyectos de “recuperación” o “revalorización”, ¿Qué visión tienen ante la idea de patrimonio?  

Por lo general, la idea de patrimonio se encuentra relacionada con la memoria, con la puesta en valor de la historia y la resignificación de su valor material. Desde ya que adherimos a esa noción del patrimonio, pero también nos interesan otras afiliaciones que nos resultan de un increíble potencial operativo. Nos referimos -entre otras- al potencial energético que tienen las construcciones existentes. Cuando nos enfrentamos a la posibilidad de construir en un lugar y nos encontramos con una construcción existente, siempre nos hacemos las mismas preguntas: ¿Cuánta energía vamos a emplear en demoler y reconstruir tal superficie? ¿No será conveniente adaptarnos a esta construcción y proyectar a partir de ella? Por lo general todos los proyectos pasan por ese lugar, los que llegan a construirse con relación a construcciones existentes son el resultado de un diálogo muy preciso entre las necesidades de los nuevos habitantes y la historia del inmueble existente. Nos gusta pensar que las construcciones tienen más de una vida y nuestra labor se concentra en direccionar la transición de una vida a otra.

¿Reconocen algún elemento característico de la ciudad de Buenos Aires que haya influido en ustedes en el ámbito personal y su trabajo?

Sería muy difícil reconocer algo en especial de Buenos Aires dentro de nuestro trabajo, ya que habitamos en esta ciudad, nos criamos y nos formamos acá, somos parte de ella. Su cultura está presente en nuestras vidas y también en la de las personas que nos rodean. Creemos que todo nuestro trabajo está relacionado con esta ciudad, incluso aquello