Desde pequeños compartían una gran pasión por el arte transmitida por su familia. Se divertían dibujando y experimentando con piezas constructivas. Cuando comenzaron a estudiar en la universidad, descubrieron la complejidad inherente de la profesión. Aprendieron que para ser buenos arquitectos, se debe tener conocimientos en una amplia variedad de disciplinas, desde psicología hasta ingeniería, y además comprender las emociones y expectativas de los clientes.

Estudiar juntos fue una oportunidad para descubrir su buena dinámica de trabajo. Cristina entiende con claridad las necesidades de sus usuarios, es estructural y resuelve las cosas con mayor facilidad, mientras que Juan Carlos es muy creativo y tiene experiencia en las artes plásticas. Esto les permite complementarse de manera fluida.

En su trayectoria profesional, se han inspirado en varias influencias, como Sergio Zalamea, su profesor, quien comparte su visión de que la arquitectura no debe ser la protagonista, sino la persona. Además, debe ser capaz de pasar desapercibida, pero al mismo tiempo emocionar con sus detalles. También admiran el enfoque realista y resolutivo de Olson Kunding y Marcio Kogan, así como la elegancia y simplicidad en el estilo de Rogelio Salmona.

Su estilo arquitectónico

El estudio se basa principalmente en una ética de trabajo que se adapta al beneficiario, sus necesidades y el contexto en el que se ubica: las personas que habitarán la casa, el entorno natural y el paisaje cultural. Además, para ellos, este tiene que ser capaz de innovar desde las cosas más pequeñas.

Juan Carlos asegura que no hay que hacer formas extrañas para ser original o creativo. Cada proyecto tiene una serie de particularidades que lo hacen único, es necesario entender lo que el espacio necesita para funcionar adecuadamente y estar en sintonía con su entorno.

Durante el proceso creativo es habitual que los hermanos conversen de forma frecuente con el usuario, a través de preguntas: ¿cómo te gustaría sentirte en este lugar? ¿Cómo te imaginas aquí? Las respuestas proporcionan una guía clara sobre sus expectativas y sirven como punto de partida para la materialización de sus ideas.

Juan Carlos: Hay que escuchar lo que te dicen o no te dicen los usuarios, porque no todos saben cómo comunicar lo que quieren. Entonces el primer paso del proceso es entender cuál es el problema, desde el cliente, contexto, presupuesto, etc. A veces el arquitecto tiene el mal hábito de resolver problemas que no le pertenecen y que el usuario no quiere que se resuelvan.

Además, como parte de su propuesta de valor, el diseño interior se vuelve clave desde el inicio de cada obra, aportando así a la visión integral del estudio.

Cristina: La arquitectura, el interiorismo y el paisaje están estrictamente vinculados. Todos los elementos tienen que tener sentido y ser congruentes. Es necesario un concepto porque ayuda a alimentar la narrativa e historia que queremos contar sobre la casa.

Gracias a su pasión por las artes plásticas han desarrollado lenguajes formales únicos y variados, que les han permitido plantear propuestas donde la vegetación y la construcción interactúan en armonía.

JC: Entender y aprender el lenguaje se hace con práctica. La pintura y las artes plásticas han sido un comodín para agilizar el proceso de aprender el lenguaje de las formas. Se tiene una visión más clara de cómo quieres que se vea el resultado final. Tener estos conocimientos me hace más ágil para resolver la parte formal de la disciplina, ya que si algo no funciona, uso otros recursos que he aprendido gracias a la pintura.

El primer gran proyecto: Casa OM

La primera obra construida del estudio es Casa Om. Esta propuesta se inspiró en el estilo arquitectónico tradicional de Cuenca y en el entorno montañoso de la parroquia rural de San Joaquín.

Su construcción se llevó a cabo utilizando piedra y madera como materiales fundamentales. Además, los compradores de esta residencia son personas sociables que buscaban áreas adecuadas para recibir a sus invitados. Estos parámetros dictaron la distribución y permitieron reducir el área de construcción. En la planta baja, la cocina fue acondicionada con una gran isla para fomentar la interacción entre varios individuos. Este lugar central y protagónico permite monitorear todo lo que sucede en el hogar y está conectado perfectamente con la sala, el área de barbacoa y otros espacios dinámicos.

Es evidente que las obras de García Hamilton tienen personalidad y reflejan un retrato psicológico de quienes las habitan, lo que les permite crear propuestas sobresalientes.

C: Entre más condicionantes tengamos sobre la familia, sabemos de mejor manera lo que necesitan. Conocemos sus gustos y estilo de vida, es por eso que es importante involucrar a los clientes desde el inicio.

García Hamilton ve el futuro como una oportunidad para seguir aportando soluciones creativas y efectivas. Actualmente, están trabajando en nuevos proyectos y planificando la socialización de estrategias de diseño para mejorar la sismo resistencia, lo que demuestra su compromiso con la seguridad y la innovación.