Así introducimos Remu, un emprendimiento liderado por tres jóvenes que se juntaron con la meta de que su trabajo vuelva más fructíferas sus vidas y, a la vez, genere un impacto positivo en el mundo.

“La idea inicial era crear una empresa de aventura tipo Tatoo o Patagonia, y que por cada uno de los productos que vendamos podamos plantar un árbol en la Amazonía. Eso nos llevó a ponerle el nombre Remu que significa árbol en Shuar. En fin, después de hacer un pedido inicial de prueba a China, nos empezamos a cuestionar sobre los materiales y las condiciones de las personas que elaboraban los productos. Momento en el que decidimos cambiar el proyecto completamente”.

Uno de los socios, Juan Xavier Terán, entre vuelos, taxis, y movimientos (característico de ellos), nos contó detalladamente el rumbo que empezó a tomar su marca cuando se dieron cuenta de que unos de los problemas más grandes del mundo son la contaminación de textiles y las condiciones de trabajo en la industria de la moda: “llenos de injusticia, inseguridad y completamente determinados por la inequidad de género”.

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Decididos a seguir su visión empezaron, así se creó “una línea de chaquetas hechas con materiales reciclados, orgánicos y sustentables, que nos permitían reducir el desperdicio. Nuestro primer producto fue una chaqueta de jean creada con pantalones que la gente ya no usaba o que estaban rotos. Decidimos también que queríamos producir en Ecuador, para generar un impacto positivo en comunidades marginales en las que podríamos ofrecer trabajos con paga justa y horarios flexibles a las mujeres, quienes normalmente, se ven obligadas a elegir entre ser madres o proveer para el hogar”.

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Desde ese origen a la promesa actual y futuro de Remu se sabe una marca con propósito. “responsabilidad ambiental, responsabilidad social, promover la equidad de género, y tener una cadena de valor completamente transparente. Creemos que todos estos puntos se atan para crear conciencia y afectar al Ecuador y al mundo de una manera positiva. Creemos que nuestra generación es de las últimas que pueden hacer algo al respecto con la crisis ambiental en la que estamos viviendo, antes de que sea demasiado tarde. Tenemos que hacer nuestra parte”, nos explican con esa seguridad que inspira, pues se trata de  un mensaje potente, que merece ser leído y entendido por todos los que llevamos un negocio en nuestras manos, con el que no debemos dejar de preguntarnos: ¿de qué manera valoramos las manos que lo mueven?, ¿cómo está siendo la cultura de mi empresa?, ¿qué más se puede hacer para mejorar el mundo?