“Su aspecto para mí, nuevo y antiguo, como de amigos perdidos y encontrados, me enternecía oscuramente, cuál si una parte mi mismo, de la vida ya despojada, persistiera ahí presente e inasible”.
El cuerpo reconoce sus límites inmediatos, se conecta al momento presente y a sus latidos, libera cualquier vestigio de preocupación y es, por fin, libre. Para muchos eso representa bailar: una auténtica celebración de la vida. Sin embargo, ¿qué sucede cuando se convierte en una profesión? ¿Cuál es la visión con respecto a la disciplina, tenacidad y técnica?
Nuestra vida cotidiana está atravesada por el diseño en todo momento y cada artefacto es portador de información. Los objetos exceden el marco estricto de lo funcional y estético para convertirse en medios de expresión que nos ayudan a definir y comunicar lo que somos.
Ecuador es un país que posee una gastronomía única y privilegiada, que desborda historia, identidad y raíces. Cada vez son más las propuestas de autor que tienen como propósito rescatar los productos locales, explorando un sinfín de matices y posibilidades, para brindar una experiencia inolvidable al consumidor.
Seguramente hemos escuchado incontables veces que un espacio refleja en gran medida al ser que lo habita. Pues en cada rincón se pueden ver representadas su personalidad, pasión e intereses, que convierten al lugar en un retrato palpable de su propia vida.
Para Sebastián Zeas, reconocido diseñador y arquitecto cuencano, la vocación está estrechamente ligada a la inspiración. Cree firmemente que los seres humanos son el resultado de experiencias y aprendizajes que desembocan en propósitos de vida, por ello su camino profesional no es más que un fiel reflejo de dicha aseveración. Además, al formar parte de una familia de artistas, arquitectos y constructores, también desarrolló su pasión por estos oficios.
El propósito de viajar ha evolucionado considerablemente en los últimos años, cada vez son más los viajeros que buscan vivir experiencias únicas, exclusivas y enriquecedoras en los destinos que visitan. Es así que la motivación del viaje juega un papel fundamental: mientras algunos esperan conocer nuevas culturas, propuestas gastronómicas o estilos de vida diferentes; existen quienes utilizan el viaje como un motor de mejora de su salud mental y física.